¿Qué monografías son necesarias en una farmacopea cannábica?

A continuación ofrecemos la segunda entrega de la contribución realizada por el investigador Kenzi Riboulet-Zemouli, quien explora las monografías más relevantes de la farmacopea cannábica (aquí, el enlace a la primera parte).

En las farmacopeas, cada monografía resume los hallazgos científicos de un medicamento, proporcionando información sobre apariencia, composición, indicaciones, efectos secundarios, dosis y detalles relacionados con las áreas terapéuticas de uso del medicamento. Las farmacopeas incluyen monografías «para diversos tipos de productos: principios farmacéuticos activos, excipientes, productos herbales, productos biológicos (vacunas, productos sanguíneos), radiofármacos, formas farmacéuticas y preparaciones homeopáticas»[1].

Al considerar la reintroducción de medicamentos derivados del cannabis en las actuales farmacopeas, se tiene que considerar la triple pertenencia de la «medicina cannábica» en los modelos farmacéuticos existentes. 

La planta de cannabis es una fuente de principios activos que se pueden aislar y utilizar en la formulación de medicamentos (el modelo farmacéutico occidental de formulación de medicamentos en base a sustancias mono-moleculares). También se emplea la forma herbal, utilizando los cogollos (infrutescencias partenocárpicas) de la planta hembra como preparado medicinal (el modelo fitofarmacéutico europeo de medicina herbaria [2], que contempla la suma de los compuestos moleculares como sustancia única). Finalmente, numerosos usos médicos se relacionan con sistemas indígenas o tradicionales de medicina (el modelo Ayurveda, Unani, así como otras medicinas tradicionales asiáticas, africanas, o caribeñas) [3].

Productos medicinales

Aparte de la compleja cuestión de la medicina tradicional, en Europa, ambas formas (herbaria, por un lado, y compuestos activos aislados, por otro) son legítimas y legales en farmacéutica. Entre los productos medicinales de uso común derivados del cannabis se incluyen:

Entre las formulaciones moleculares:

  • Dronabinol (productos como Marinol® o Syndros®) [4].
  • Cannabidiol (Epidyolex® o CannEpil®).
  • Nabiximol (formulación de dronabinol y cannabidiol; productos del tipo Sativex®).

Respecto a formulaciones fitofarmacéuticas, se pueden destacar:

  • Sumidades, o cogollos (obtenidos por la obstrucción de la polinización de flores hembras, un proceso que resulta en frutas «sin semilla» llamadas «frutas partenocárpicas» en botánica [5], y no «flores», como se pensaba). Se han comercializado como Bedrocan® o Bedrobinol®.
  • Tinturas.
  • Hachís.
  • Diferentes tipos de extractos/concentrados.
  • Infusiones.
  • Zumos de la planta fresca.
  • Aceite de semillas.
  • Aceites esenciales.

Todos estos compuestos, en ambas formas farmacéuticas, se usan tanto para la formulación de productos como en forma de prescripción directa. Y, para muchos de ellos, ya existen algunas monografías, como en el caso de extractos herbales (Plantarum medicinalium extracta, monografía de la Farmacopea Europea nº0765), tinturas (tincturæ), aceites esenciales (ætherolea, n.º 2098), tisanas (plantæ ad ptisanam, nº1435) y tisanas instantáneas (præparationes celeres ad ptisanam, nº2620), aceites vegetales (olea herbaria, nº1579), etc. No obstante, es conveniente contemplar la inclusión de monografías específicas para el cannabis.

Al igual que el opio y la morfina tienen sus respectivas monografías, o que el Capsicum fructus (pimiento), la oleorresina de Capsicum y la capsaicina (principio activo “picante”) tienen sus propias monografías, la Cannabis sativa requiere un mínimo de cinco monografías: dos «drogas vegetales», dos «preparaciones a base de drogas vegetales» y dos de las moléculas con gran importancia en la farmacología de estas tres sustancias vegetales, y también con uso propio y distinto en farmacia : infrutescencia partenocárpica de Cannabis sativa, fruta regular (semilla) de Cannabis sativa, oleorresinas de Cannabis sativa, dronabinol y cannabidiol.

Estos artículos se basan principalmente en los hallazgos publicados en el artículo «Cannabis’ ontologies I: conceptual issues with Cannabis and cannabinoids terminology» [5].

El autor agradece el apoyo de Fundación CANNA, Hempoint s.r.o. y FAAAT think & do tank, así como a Genís Oña, Òscar Parés e Igor Domsac (ICEERS) por las correcciones.

Referencias

[1] The International Pharmacopoeia. WHO Drug Information 2013;27(2):119-128. (traducido por el autor) https://www.who.int/medicines/publications/druginformation/issues/DI_27-2_IntlPharmacopoeia.pdf?ua=1

[2]  La Real Farmacopea Española define las «drogas vegetales» como «plantas, partes de plantas, algas, hongos o líquenes, enteros, fragmentados o partidos, sin procesar, generalmente desecados, aunque también a veces en estado fresco. También se consideran drogas vegetales ciertos exudados que no han sido sometidos a un tratamiento específico» (monografía 1433). Se consideran así productos como los cogollos, pero también los productos tipo «hachís» de obtención simple. Las «preparaciones a base de drogas vegetales» son definidas como «productos homogéneos que se obtienen sometiendo las drogas vegetales a tratamientos como extracción, destilación, expresión, fraccionamiento, purificación, concentración o fermentación», precisando como ejemplos «los extractos, los aceites esenciales, los zumos exprimidos, los exudados procesados y las drogas vegetales que han sido sometidas a una operación de reducción de tamaño para aplicaciones específicas, por ejemplo drogas vegetales cortadas para tisanas o pulverizadas para encapsulación» (monografía 1434), abarcando así los extractos, destilados y productos de obtención más compleja, previa formulación.

[3] La Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes reconoce que «el cannabis se ha venido utilizando en la medicina tradicional de algunos países durante siglos» (informe de la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes correspondiente a 2001, p. 36. Disponible en: https://www.incb.org/documents/Publications/AnnualReports/AR2001/AR_01_Spanish.pdf

[4] Contrariamente a la creencia popular, la palabra «dronabinol» no sólo se refiere al delta-9-THC obtenido en laboratorio, sino a cualquier molécula de (–)-trans-delta-9-tetrahidrocannabinol pura, tanto «sintética» como «natural». Cannabis sativa también contiene dronabinol.

[5] Riboulet-Zemouli, K. (2020). ‘Cannabis’ ontologies I: conceptual issues with Cannabis and cannabinoids terminology, Drug Science, Policy and Law 2020;6 (in press) DOI: 10.1177/2050324520945797.

 

monografías cannábicas

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El cannabis en la farmacopea: pasado, presente y futuro

Kenzi Riboulet-Zemouli es un investigador independiente de origen argelino-francés que aboga por la instauración internacional de políticas sostenibles en materia de drogas. En este artículo, Kenzi aborda los hitos más recientes de nuestra historia respecto a la farmacopea cannábica.

La historia ancestral y tradicional del uso de productos relacionados con el cannabis en medicina ha sido largamente discutida y divulgada. No obstante, la historia reciente de la medicina «cannábica» en el siglo XX no resulta tan conocida.

En 1906, cuando se convocó en Bruselas la Conferencia Internacional para la Unificación de la Fórmula de Medicamentos Heroicos (fármacos potentes), con el propósito de armonizar las monografías sobre farmacopeas a través el mundo, el Cannabis sativa era considerado una «droga valiosa», un concepto equivalente a lo que hoy se denomina «medicamento esencial».

El acuerdo internacional que resultó de dicha reunión se considera como la base de lo que terminaría siendo, hoy en día, la Farmacopea Internacional, administrada por la OMS. Los negociadores del acuerdo decidieron no incluir ninguna recomendación en cuanto a la armonización de los preparados de cannabis debido a la falta de entendimiento de los principios activos y la consiguiente imposibilidad de establecer recomendaciones de formulación basadas en la evidencia.

No obstante, medicamentos a base de cannabis estaban presentes en casi todas las farmacopeas bajo una gran diversidad de formas y fórmulas. En Europa, solamente Austria, Bélgica y Países Bajos no incluían productos con cannabis. Sí que se encontraban en la mayor parte del planeta: en Europa, en las colonias, así como en muchos países recientemente independientes, cuya prioridad no consistía necesariamente en el establecimiento de farmacopeas propias.

 

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Fuente: Archivos de la ONU en Ginebra, carpeta Nº12B/36019/36019. Documento Nº1, página 100. Disponible en: https://archive.org/details/unification_formulas_potent_drugs_1925_UNOG_archive/page/n99/mode/2up

 

Estandarización y abolición

La necesidad de legibilidad y homogeneidad sobrepasó la falta de entendimiento de los mecanismos de acción del cannabis, y en septiembre de 1925 se revisó el acuerdo de 1906, incorporando tres «fórmulas» armonizadas: Cannabis indicæ herba, Extractum cannabis indicæ y Tinctura cannabis indicæ. La estandarización de estas formulaciones fue incluida progresivamente en gran parte de las farmacopeas nacionales. Al menos desde su edición de 1865, la Farmacopea Española menciona «Cáñamo – Cannabis sativa L.», aunque apuntando a las semillas como material preferencial para la formulación medicamentosa [2], pero en 1930 se actualiza siguiendo el segundo Acuerdo de 1925 e incorpora extractum y tincturæ [3].

Los años 30 representan la edad de oro del «cannabis medicinal», ya que su uso en terapias tradicionales y como medicamento herbal resultaba casi ubicuo, a la vez que se iba normalizando en sintonía con la construcción progresiva de la «medicina occidental moderna» durante finales del siglo XIX e inicios del XX.

Las cosas empiezan a cambiar en los años 1950. La recién creada OMS advierte en 1952, 53, 54, 60, 65 y 68 que la receta y el uso de preparados de cannabis («haxix o cáñamo indico» [4]) «no tiene justificación», llamando a su «abolición» —no obstante, sin ningún tipo de respaldo científico [1,5]—. En 1961, los expertos de la OMS se felicitaron por la fiscalización de los medicamentos de cannabis en la Lista 4 (la más restrictiva) de la Convención Única sobre Estupefacientes, un evento que, eso sí, marcó un final brusco al uso de cannabis en clínica. A principios de los años 1980, el cannabis se encuentra virtualmente ausente de las farmacopeas alrededor del planeta.

 

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Farmacopea Oficial Española, octava edición, 1930.

 

Actualidad

Hoy en día, la tendencia es inversa. El mismo Comité de Expertos de la OMS, quien aplaudía la prohibición en los años 1950-60, reconoció en 2019 la utilidad actual, y el potencial futuro, de los medicamentos a base de cannabis, recomendando a las Naciones Unidas sacarlos de la famosa «Lista 4» y aplicar una serie de cambios técnicos en el sistema internacional de fiscalización de estupefacientes, orientados a facilitar (para los países que lo deseen) la accesibilidad y disponibilidad de todos los tipos de preparados de cannabis para fines terapéuticos y de investigación.

A nivel de farmacopeas, la tendencia es similar, con la notable reincorporación de monografías de Cannabis flos (flores [6]) en 2019 en las farmacopeas alemana y suiza:

  • 1925: Austria, Bélgica, EE UU, España, Francia, Hungría, Italia, Japón, México, Países Bajos, Reino Unido y Suiza.
  • 1958: Argentina, Bélgica, Brasil, China, Egipto, España, Finlandia, Francia, India, Italia, Países Bajos, Portugal, Rumanía, Suiza, URSS y Venezuela.
  • 1980: ¿?
  • 2020: Alemania, Países Bajos y Suiza: cogollos [6]; China y Japón: semillas; EE UU: THC.

 

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Farmacopea Oficial Española, octava edición, 1930.

Este artículo continúa aquí.

Referencias

[1] Riboulet-Zemouli K. (2020) ‘Cannabis’ ontologies I: conceptual issues with Cannabis and cannabinoids terminology, Drug Science, Policy and Law 2020;6 (in press) DOI: 10.1177/2050324520945797.

[2] Véase p. 25 en Real Academia de Medicina de Madrid (1865), Farmacopea Española. Quinta edición. Madrid: Imprenta Nacional.

[3] Ver p. 335 en Real Academia Nacional de Medicina (1930), Farmacopea Oficial Española. Octava edición. Madrid: Espasa-Calpe.

[4] Organización Mundial de la Salud (1956), Comité de Expertos en Drogas Susceptibles de Engendrar Toxicomanía, quinto informe. Disponible en: https://apps.who.int/iris/handle/10665/37129

[5] Riboulet-Zemouli K (2018). Briefing on the international scientific assessment of cannabis: processes, stakeholders and history. The Crimson Digest​, volume 1, París: FAAAT editions. ISBN: 979-10-97087-06-7.

[6] En realidad, los cogollos son infrutescencias de frutas partenocárpicas, véase el siguiente artículo.

 

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Farmacia y uso terapéutico de cannabis: COFB impulsa la 1ª jornada del III Congreso CANNABMED

El Colegio Oficial de Farmacéuticos de Barcelona, en cuyas instalaciones se celebrará la primera jornada del III Congreso CANNABMED, recapitula en este artículo sobre las labores emprendidas por la institución en relación con el cannabis destinado a usos terapéuticos e invita al debate abierto con los profesionales de la salud.

El Col·legi de Farmacèutics de Barcelona (COFB) es una institución de derecho público que representa a más de 8.900 colegiados que trabajan en los diferentes ámbitos de ejercicio de la profesión: alimentación y nutrición, análisis, atención primaria, dermofarmacia, distribución, hospitales, industria, investigación y docencia, oficina de farmacia, ortopedia, plantas medicinales y salud pública. Pero, más allá de esta representación, cumple con una doble misión: por un lado, promover y facilitar las actividades y la formación continuada necesarias para el correcto desarrollo profesional del colegiado; por otro lado, asegurar que la labor que el farmacéutico ofrece a la sociedad se adapta a las necesidades de la misma, en un ejercicio de escucha permanente.

Co-organizadores de la tercera edición de Cannabmed

Esta doble misión, junto con la realidad que se vive en la farmacia, que cuenta con un perfil de usuarios que buscan y demandan medicamentos de base cannábica, son las que han llevado al COFB a apostar por co-organizar, junto con ICEERS y la Unión de Pacientes por la Regulación del Cannabis, la tercera edición del Congreso CANNABMED. La legislación actual limita el uso terapéutico del cannabis y, precisamente por ello, congresos de estas características son el marco idóneo para llevar a cabo un debate riguroso en el ámbito sanitario, donde poder reflexionar sobre las reivindicaciones que se dan, la evidencia científica existente y el posicionamiento de las autoridades. De hecho, como novedad, este año CANNABMED ha incorporado la perspectiva científica de los profesionales de la salud, hecho que todavía hace más interesante el intercambio de puntos de vista que se pueden dar a lo largo de las cuatro mesas redondas multidisciplinarias organizadas, que contarán con intervenciones de expertos de cada materia.

Trabajo del COFB en relación con el uso terapéutico del cannabis

El COFB, a lo largo de su trayectoria, ha impulsado diferentes proyectos en relación con el uso terapéutico del cannabis. En 2006, puso en marcha el estudio piloto Seguivex, en el marco del cual las farmacias hacían el seguimiento de más de la mitad de los pacientes que recibían Sativex —como medicamento de uso compasivo— para el tratamiento del dolor neuropático, de náuseas y vómitos en quimioterapia, de espasticidad secundaria a esclerosis múltiple o del síndrome de anorexia-caquexia.

Paralelamente, desde el Col·legi se elaboró un prospecto para los usuarios que quedaban fuera del estudio y que podían estar utilizando cannabis con fines terapéuticos. El prospecto, todavía disponible en la web de salud del COFB, aborda las vías de administración menos perjudiciales, dosis, etc., siempre poniendo el énfasis en la diferencia entre un uso lúdico y el uso con fines terapéuticos. Y es que este último matiz es algo que como COFB siempre se ha tenido muy presente: el cannabis para uso terapéutico no tiene nada que ver con el consumo lúdico y recreativo. Los riesgos y los efectos son distintos, por lo que se requiere un abordaje y un debate totalmente diferentes.

También ha organizado diferentes actividades para poner sobre la mesa el debate científico alrededor de esta temática. Dos ejemplos recientes son, por un lado, la conferencia «Uso terapéutico del cannabis, un debate necesario», que se celebró en 2018 como primera sesión del ciclo de conferencias sobre reducción de riesgos en la farmacia comunitaria; por otro lado, el Aula Profesional «Uso medicinal del cannabis», celebrada en el marco de Infarma Barcelona 2019, el Congreso y Salón Europeo de Oficina de Farmacia.

¡Nos vemos el 6 de octubre!

La farmacia, por su proximidad con el paciente, ha detectado que hay una necesidad no cubierta sobre el uso terapéutico del cannabis y, por compromiso con la salud de las personas, debe ser sensible a las demandas sociales y de salud. Ante este escenario, en el que todavía queda mucho camino por recorrer, es muy importante promover un debate fundamentado en criterios sanitarios, científicos y legales con el objeto de dar respuesta a estas demandas sociales. El debate está abierto a todas las profesiones sanitarias porque todos atendemos al paciente. Esperamos que os resulte útil y enriquecedor. ¡Nos vemos el 6 de octubre!

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